viernes, 25 de abril de 2014

HISTORIA DEL MODELO

HISTORIA DEL MODELO COGNITIVO CONDUCTUAL

Los intentos por ayudar a la personas a solucionar problemas conductuales mediante maniobras semejantes a las utilizadas por la TCC tienen una larga historia, Plinio el Viejo, durante el primer siglo de la existencia de Roma, trataba de curar a aquellos que abusaban del alcohol colocando arañas muertas en descomposición en los vasos dónde bebían, esta técnica en la actualidad es nombrada “condicionamiento aversivo”. En el siglo XVIII el “niño salvaje de Averyron” fue enseñado a hablar con maniobras y técnicas que actualmente son conocidas como “modelado, instigación, refuerzo positivo, retirada de reforzadores”, etc. En el siglo XIX, un guardia de prisiones, Alexander Maconchi, usaba lo que conocemos hoy como “economía de fichas”, con el objetivo de conseguir que los internos del Royal British Penal obedecieran las reglas del penal. En el mismo siglo, un médico francés trató los pensamientos obsesivos con técnicas parecidas a lo que conocemos hoy como “inhibición recíproca”

No obstante, como orientación concreta de intervención psicológica, aparece en la década de los 50; podríamos sintetizar el desarrollo de la Terapia en diferentes etapas; una de ellas se desarrolla entre los años 1950 y 1970 de manera semejante pero independiente en Inglaterra y Estados Unidos, este período se halla escrito por un fuerte auge de la teoría del aprendizaje fruto de la investigación básica en laboratorio. Por un lado, los psicólogos británicos dedicaron sus esfuerzos especialmente a los desórdenes de ansiedad, apoyando sus intervenciones en la teoría del condicionamiento clásico propuesta por Pavlov, en esta línea se destacan claramente los trabajos de Hans Eysenck y Joseph Wolpe. 

Por otra parte, en Norteamérica, los psicólogos tuvieron preferencia en el tratamiento de pacientes institucionalizados y crónicos, fundamentalmente psicóticos con elevado grado de deterioro, en este último caso, la teoría del condicionamiento operante propuesta por Skinner dio el marco de referencia; más allá de estas diferencias, ambas líneas de trabajo se operaron con escasa teorización y excesivo empirismo, poniendo su énfasis en el comportamiento, este último era considerado el producto de los eventos ambientales, experiencias de aprendizaje formadas casi exclusivamente a través del condicionamiento. Este enfoque que otorgaba escasa importancia a los fenómenos mentales o cognitivos representa históricamente la arista conductual de la actual Terapia Cognitivo Conductual.

La insuficiente teorización del anterior modelo, sumada a su dificultad para dar solución a algunos desórdenes psicológicos, son elementos claves en el surgimiento de las Terapias Cognitivas, que inauguran el segundo período en el desarrollo de la técnica Cognitivo Conductual. A mediados de la década de los 60, Aaron Beck y Albert Ellis comparten la visión de que la mayor parte de los desórdenes psicológicos nacen por cogniciones incorrectas o un procesamiento cognitivo defectuoso, coherentemente con lo anterior, proponen que el “remedio” para tales desórdenes consiste en la corrección de los procesos cognitivos incorrectos y en el reemplazo de las ideas incorrectas y disfuncionales por otras más realistas, adaptativas y funcionales. 

El nuevo enfoque enriqueció sustancialmente a las estrategias terapéuticas derivadas de las teorías del condicionamiento que no habían logrado respuestas totalmente satisfactorias para el desorden mencionado. Hacia finales de la década del 80, el desarrollo exitoso del tratamiento para el desorden por pánico establece el vínculo de las dos corrientes mencionadas en un sistema de trabajo más amplio, inaugurando así la tercera etapa del desarrollo de la Terapia Cognitivo Conductual, que continúa hasta nuestros días.
 
El modelo cognitivo-conductual cuenta con dos máximos representantes: Albert Ellis y Aaron Beck. Pero existen otros autores que establecerían las bases de este modelo, proponiendo teorías que se contraponían a los dos principales modelos de la primera mitad del siglo XX: psicoanálisis y conductismo.


GEORGE ALEXANDER KELLY (28 DE ABRIL DE 1905 – 6 DE MARZO DE 1966)

Nació en Kansas en el año de 1905, como el hijo único de padres protestantes devotos. Al ingresar a la escuela, vivió lejos de ella la mayor parte del tiempo. La confianza que tenía en sí mismo y el realismo de los puntos de vista que caracterizan las ideas que más tarde habría de profesar.



Obtuvo una maestría en sociología de la educación en la Universidad de Kansas y realizó diversas tareas docentes en Minnesota e Iowa. También se inscribió en un posgrado de psicología en la Universidad de Iowa. En el breve curso de sus estudios profesionales, no hubo un solo escritor por el que profesara una pasión particular. Le resultaba incongruente la psicología conductista, y se desilusionó de las ciencias psicológicas tras su encuentro con las teorías de Freud.



En 1931 consigue trabajo en Fort Hays Kansas State College. Aquí fue donde se dieron sus dos grandes contribuciones: la teoría de los constructos personales y la terapia de los papeles fijos. Kelly formuló su teoría y método de la práctica clínica en colaboración con sus propios estudiantes.

Se encargó del programa clínico del departamento de psicología en Fort Hays, donde creó innovadores programas de investigación y servicios clínicos.

Es nombrado profesor y director de psicología clínica de la Universidad Estatal de Ohio en el año de 1946. En el año de 1955 publicó, en dos volúmenes, su obra The Psychology of Personal Constructs, lo que le valió un reconocimiento inmediato a nivel nacional e internacional por considerarse un avance en el estudio de la personalidad. Esta teoría plantea que las personas son como los científicos, pues ambos se identifican en el sentido de que intentan infundir un sentido al mundo formulando hipótesis acerca de su operación, para someterlas a prueba y rectificar en caso de que no funcionen. Presenta 12 enunciados, se compone de un postulado fundamental y 11 corolarios:

1.- Postulado fundamental: los procesos psicológicos de la persona se canalizan por las formas en que aquélla predice los sucesos.
2.- Corolario de la construcción: la persona predice los sucesos construyendo réplicas de éstos.
3.- Corolario de la individualidad: las personas difieren en la construcción de los sucesos.
4.- Corolario de la organización: al predecir los sucesos, cada persona evoluciona de manera característica y para conveniencia propia, adoptando un sistema de construcciones que comprenda relaciones ordinales entre éstas.
5.- Corolario de la dicotomía: el sistema de construcciones de las personas se compone de un número finito de constructos dicotómicos.
6.- Corolario de la decisión: la persona escoge para sí misma la alternativa por la cual, en un constructo dicotómico, prevé las mejores posibilidades de extensión y definición de su sistema.
7.- Corolario de la gama: el constructo se torna conveniente sólo cuando se desea prever una gama de sucesos limitada.
8.- Corolario de la experiencia: el sistema de construcciones de la persona varía con la construcción sucesiva de réplicas de sucesos.
9.- Corolario de la modulación: la variación en el sistema de construcción de la persona está limitado por la permeabilidad de los constructos dentro de cuyo ámbito de convivencia se encuentran las variaciones.
10.- Corolario de la fragmentación: la persona puede emplear exitosamente diversos subsistemas de construcción que, desde el punto de vista de la inferencia, son incompatibles entre sí.
11.- Corolario de la comunidad: en la medida en que una persona emplea una construcción de experiencia similar a la utilizada por otra persona, sus procesos psicológicos serán similares a los de esa otra persona.
12. Corolario de la sociabilidad: en la medida en que una persona interpreta los procesos de construcción de otra, puede desempeñar un papel en los procesos sociales relacionados con la segunda persona.

Muere en marzo de 1966 tras un ataque cardiaco.

JOSEPH WOLPE (20 DE ABRIL DE 1915 – 4 DE DICIEMBRE DE 1997)

Wolpe nació en 1915 y obtuvo su grado en medicina en 1939 en la  Universidad de Witwatersand, Sudáfrica. Después del internado en medicina y cirugía se dedicó a la práctica privada hasta 1942, momento en el cual ingresó al Cuerpo Médico de Sudáfrica donde permaneció hasta 1946.En 4 de diciembre de 1997 muere.

Entre 1960-1965 fue profesor de psiquiatría en la Escuela de Medicina de la Universidad de Virginia, Estados Unidos. A partir de 1965 fue profesor de psiquiatría y director de la Unidad de Terapia de la Conducta en la Escuela Médica de la Universidad de Temple y psiquiatra investigador senior en el Instituto Psiquiátrico del Este de Pennsylvania. En 1979, recibió el Premio al Científico Distinguido de la APA por las Aplicaciones de la Psicología.

Escribió cerca de 150 artículos y varios libros, destacando The practice of behavior therapy, Theme and variations: A behavior therapy casebook y Our useless fears. También editó The conditioning therapies, en colaboración con L. J. Reyna, y Behavior therapy for psychiatrics, en colaboración con L. J. Reyna.

La técnica sería sistematizada en 1960 por Albert Bandura bajo la denominación de Modelado. Continuando con la línea del condicionamiento clásico, hacia 1950 Joseph Wolpe demuestra que la Desensibilización Sistemática puede implementarse efectivamente mediante exposición imaginaria. La técnica consta de tres partes. Inicialmente el paciente aprende una respuesta antagónica a la ansiedad, típicamente, la relajación muscular profunda. Luego, se construye una jerarquía de estímulos ordenando las situaciones temidas de acuerdo con su capacidad para provocar ansiedad. Finalmente, estando el paciente en estado de relajación, se lo conduce a imaginar las escenas que producen ansiedad, respetando el orden establecido en la fase anterior.

ALBERT ELLIS (27 DE SEPTIEMBRE DE 1913 – 24 DE JULIO DE 2007)

En 1942, comenzó sus estudios en psicología clínica en la Universidad de Columbia cuya formación era de carácter fundamentalmente psicoanalítico. Tras obtener el Master en psicología clínica en el Teachers College de la Universidad de Columbia en junio de 1943, inició sus prácticas privadas a tiempo parcial mientras terminaba la tesis. 

Ellis se doctoró en 1947, iniciando un análisis personal y un programa de supervisión con Richard Hulbeck en el campo de psicoanálisis. A finales de los años 40 ya enseñaba en la Rutgers y en la Universidad de Nueva York y era el jefe de psicología clínica en el New Jersey Diagnostic Center y posteriormente en el New Jersey Department of Institutions and Agencies. 

En Enero de 1953 abandonó el psicoanálisis, y empezó a referirse a sí mismo como terapeuta racional. Había comenzado a desarrollar una nueva fórmula de psicoterapia más activa y directiva que requería que el terapeuta ayudase al cliente a entender que su filosofía personal contenía creencias que crean dolores emocionales. Su nueva aproximación enfatizaba el trabajo de cambiar activamente creencias y comportamientos contraproducentes del cliente demostrando su irracionalidad y rigidez.

En 1954 empezó a hacer su escuela, enseñando su nueva técnica a otros terapeutas, y en 1957 expuso la primera terapia cognitiva conductual proponiendo que los terapeutas ayudasen a la gente ajustando su pensamiento como tratamiento para la neurosis. Dos años más tarde publicó un libro titulado "Como vivir con un neurótico" centrado en su nuevo método expresando que “Cuando me volví racional-emotivo, mis propios procesos de personalidad verdaderamente empezaron a vibrar”.

Albert Ellis contribuyó al desarrollo de la teoría cognitivo conductual a partir de 1955 y formuló la terapia racional emotiva. Según su modelo, muchas personas construyen creencias erróneas a partir de acontecimientos negativos que les hacen intalarse en actitudes o formas de sentir que provocan emociones o conductas disfuncionales que les   perpetúan su sufrimiento innecesario o desproporcionado con respecto a la situación. Éstas conductas o actitudes son comportamientos "auto-saboteadores" (contrarios a los propios intereses u objetivos), que dificultan (o impiden) la realización de las conductas necesarias para lograr los objetivos propios. En general, se caracterizan por estar asociadas a demandas absolutistas y otras distorsiones cognitivas (concepto fundamental de esta teoría).

ALBERT BANDURA (04 DE DICIEMBRE DE 1925)

Nació el 4 de diciembre de 1925 en la pequeña localidad de Mundare en Alberta del Norte, Canadá. Completó su licenciatura en Psicología de la Universidad de Columbia Británica en 1949. Luego se trasladó a la Universidad de Iowa, donde conoció a Virginia Varns, una instructora de la escuela de enfermería. Se casaron y más tarde tuvieron dos hijas. Después de su graduación, asumió una candidatura para ocupar el post-doctorado en el Wichita Guidance Center en Wichita, Kansas.

En 1953, empezó a enseñar en la Universidad de Stanford. Mientras estuvo allí, colaboró con su primer estudiante graduado, Richard Walters, resultando un primer libro titulado Agresión Adolescente en 1959.

Bandura fue Presidente de la APA en 1973 y recibió el Premio para las Contribuciones Científicas Distinguidas en 1980. Se mantiene en activo hasta el momento en la Universidad de Stanford.

La teoría del aprendizaje social tiene como principal representante Albert Bandura, según estas teorías las pautas del comportamiento pueden aprenderse por propia experiencia ya que esta teoría considera que la conducta de las personas tiene una gran influencia en el aprendizaje en la formación de constructos y en la propia conducta.

El aprendizaje por imitación fue estructurado por Albert Bandura  de acuerdo a cuatro procesos:

  1. Atención
  2. Retención
  3. Reproducción motriz
  4. Motivación y el esfuerzo
AARON  TEMKIN BECK (18 DE JULIO DE 1921)

Nació en Providence, Rhode Island, el 18 de julio de 1921 Psicólogo y catedrático de psiquiatría de la universidad de Pennsylvania se graduó en la universidad de Brown en 1942 y en la escuela de medicina de Yale en 1946.

En la década de 1960 desarrolló la terapia cognitiva también conocida como “terapia cognitiva-conductual” inicialmente para depresión y también aplicada posteriormente a otros problemas psicológicos mostrando una gran eficacia terapéutica.

En la teoría cognitiva de Beck existe una clara relación entre los pensamientos de la persona, las emociones y los sentimientos que experimenta. A su vez esta reacción emocional influirá en la reacción comportamental de la persona ante esa situación, ante la conducta de otro, o ante los síntomas que experimenta según sea el caso.
El objetivo es enseñar a la persona a pensar de otro modo ante los problemas y síntomas que padece, lo que ayudará a reducir las emociones negativas y a reaccionar ante los problemas de un modo que lo lleve a su solución, no al abatimiento.

Con las técnicas conductuales y módulos correctos como según sea el problema y el caso, este mejorará la autoestima, se obtendrá entrenamiento en la asertividad y en las habilidades sociales. A este tipo de terapia es al que podemos llamar, en su conjunto, terapia Cognitivo-Conductual.


DESCRIPCIÓN  DE LOS MODELOS DE INTERVENCIÓN

Albert Ellis propone una serie de creencias irracionales, según las cuales determinan el actuar de la persona, la manera en como concibe el mundo y lo que espera de determinadas situaciones (expectativas). Estas son resultado del aprendizaje. Es posible presentar más de una de ellas.

Según la perspectiva de este autor, las emociones, el pensamiento y nuestros hábitos de vida (conducta) se influyen mutuamente, volviéndose coherentes para la persona. Es decir, si por educación hemos adquirido ciertos hábitos (conductas), lo habitual es que pensemos sobre ellos que son adecuados (pensamientos) y nos sintamos bien (o, al menos, no nos sintamos mal) llevándolos a cabo (emociones).

Dado que hay una “cadena” entre pensamientos, emociones y conducta, Ellis propone modificar en primer lugar los pensamientos, y luego éstos provocan cambios en los otros dos componentes.

Las creencias o ideas irracionales son 11, las cuales se exponen en la siguiente tabla con su contraparte racional.

Creencias irracionales
Propuesta racional
Es una necesidad extrema, para el ser humano adulto, el ser amado y aprobado por cada persona significativa de su entorno.
El individuo no debería intentar erradicar todos sus deseos de aprobación, sino las necesidades excesivas de aprobación o amor. El individuo debería buscar más la aprobación por sus hechos, actividades y comportamientos que “por sí mismo”.
Para considerarme a mí mismo/a como una persona válida debo ser muy competente, suficiente y capaz de lograr cualquier cosa que me proponga.
El individuo debe actuar, más que actuar bien. Se debe concentrar más en el disfrutar del proceso más que del resultado.
Las personas que no actúan como deberían son malvadas, y deberían ser castigadas por su maldad.
No se debe criticar o culpar  a los otros por sus fallos, sino comprender que éstos son cometidos por simpleza, ignorancia o perturbación emocional.
Es terrible que las cosas no funcionen como a uno/a le gustaría.
Se debe discernir si las circunstancias son realmente negativas o si estamos exagerando sus características frustrantes.
La desgracia y el malestar humano están provocados por las circunstancias externas, y la gente no tiene capacidad para controlar sus emociones.
Un individuo, cuando experimente una emoción dolorosa, debe reconocer que es él el creador de dicha emoción, y que como la origina, también puede erradicarla.
Si algo es (o puede ser) peligroso, debo sentirme terriblemente inquieto/a por ello y debo pensar constantemente en la posibilidad de que ocurra, para estar preparado/a.
Deberemos comprender que la mayoría de las preocupaciones no las causan los peligros externos, sino la manera que tiene uno de hablarse a sí mismo.
Es más fácil evitar responsabilidades y dificultades de la vida que hacerles frente. Así viviré más tranquilo/a.
Un individuo racional deberá esforzarse en realizar las cosas desagradables que sea necesario hacer y terminarlas lo más pronto posible.
Debo depender de los demás y necesito a alguien más fuerte que yo en quien confiar.
Aceptar el hecho de que cada persona tiene su propia trayectoria en la vida, y que no es tan terrible apoyarse en uno mismo y tomar decisiones.
Lo que me ocurrió en el pasado seguirá afectándome siempre.
Un individuo racional acepta el hecho de que el pasado es importante y sabe de la influencia de éste en el presente, pero sabe a la vez que su presente es el pasado del mañana y que esforzándose en transformarlo puede conseguir que su mañana sea diferente.
Debemos sentirnos muy preocupados por los problemas y perturbaciones de los demás.
Debemos preguntarnos si realmente merece la pena preocuparse por los comportamientos de los demás o debemos interesarnos sólo cuando nos preocupen lo suficiente, cuando pensemos que podemos ayudar a cambiar o que nuestra ayuda puede ser útil realmente.
Existe una solución perfecta para cada problema, y debemos hallarla siempre.
Un individuo racional no se dice a sí mismo que debe conocer la realidad totalmente, o tiene que controlarla, o deben existir soluciones perfectas a todos los problemas.
 
Estas once ideas irracionales fueron resumidas por Ellis más adelante, reduciéndolas a tres ideas irracionales básicas, las exigencias absolutistas o necesidades perturbadoras en forma de “deberías“, “tengo que“, etc. con respecto a:

·         Uno/a mismo/a (“tengo que hacer las cosas bien siempre, y así ser querido/a por los demás“).

·         Otras personas (“las personas deben estimarme y siempre ser agradables conmigo. Me lo merezco”).

·         La vida (“las personas consiguen lo que se proponen, siempre y cuando trabajen para ello. Quien no consigue todo lo que se proponga es porque no se esforzó“).

El objetivo principal de la terapia con base en este enfoque (TRE) es que el terapeuta a través de técnicas cognitivas (restructuración cognitiva, disputa racional, etc.) conduzca al paciente a la consciencia respecto a las ideas irracionales que presenta, las repercusiones que estas tienen y su disfuncionalidad.

Aarón Beck desarrolla el modelo de terapia cognitiva. Esta modalidad de psicoterapia alude a los pensamientos y cómo estos influyen en la conducta, emoción e incluso, en otros pensamientos (pensamientos automáticos.
 
Beck propone que determinado estímulo o situación (mi mejor amigo me ha dicho que no puede reunirse conmigo hoy debido a que tiene diversas labores que realizar) lleva a un pensamiento automático (seguramente mi amigo ya no me aprecia tanto como antes) y desencadena en una reacción o respuesta de tipo conductual, fisiológica o emocional (enojo o molestia “de ahora en adelante ya no será mi gran amigo”). 

En el siguiente esquema se muestra la manera en que las creencias centrales (habitualmente no conscientes) determinan la manera de actuar, pensar o sentir de un individuo (pensamientos automáticos).


La terapia cognitiva presenta como objetivo fundamental, trabajar con los pensamientos automáticos de las personas, (ya que los pensamientos nucleares no son conscientes) con la finalidad de modificar la manera disfuncional de responder a determinados estímulos por una respuesta funcional (orientada a lo ideal).

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